BUENOS AIRES LÍRICA - La experiencia de la opera
 
Síganos Facebook You Tube
 
 







 
Norma
Sinopsis
Comentario > El reivindicador de la música
italiana
> Opiniones > Un tema romántico > Fracaso o éxito, una cuestión de
puntos de vista
> Norma en Buenos Aires
Elenco
Programa de mano
> Reparto > Orquesta > Coro de Buenos Aires Lírica> Personal Técnico y
   Agradecimientos
Descargar programa

Noviembre 2017
Ver actividades del año

SOBRANTES DE ABONO
En venta en el teatro


Teatro Picadero
Pasaje Santos Discépolo 1857,
todos los días de 12 a 20


Disposiciones generales
Ver precios y ubicaciones
 
Comentario

Por Claudio Ratier

Fracaso o éxito, una cuestión de puntos de vista *

Siempre se habla del fracaso del estreno de Norma y cabe que nos preguntemos si realmente habrá sido así. Para sacar algunas conclusiones, en primer lugar cedámosle la palabra a su creador: “[…] primera representación de Norma. ¿Lo creerías? ¡Fiasco! ¡Fiasco! ¡Solemne fiasco! Para decirte la verdad, el público fue severo, parecía haber ido nada más que a juzgarme […] No logré reconocer en el público a esos amables milaneses que recibieron con entusiasmo, con el rostro alegre y el corazón exultante, al Pirata, La straniera y La sonnambula; y sin embargo yo creía estar presentándoles una digna hermana con Norma. Pero desgraciadamente no fue así, me he engañado, me he equivocado; mis pronósticos fueron fallidos y mis esperanzas defraudadas” (en una carta a su amigo y biógrafo Francesco Florimo, fechada en Milán la noche del estreno).

Consta que el rendimiento de Giuditta Pasta, especialmente durante el primer acto, no fue de lo mejor: según el estudioso belliniano Michele Scherillo (citado por Eugenio Gara en Cantarono alla Scala, Electa Editrice, Milán 1975) la artista llegó a calar un cuarto de tono, lo que hizo que arruinara su primer recitativo y la Casta diva (la fuente de Scherillo fue el propio Francesco Florimo). También se dice que llegó cansada a la premiére, con la responsabilidad de sostener un rol de una extensión y dificultades más arduas que lo común, y que ese cansancio se hizo notar. Tampoco es un detalle menor que el primer acto, en lugar de finalizar con el obligado y multitudinario concertato concluyese con un terzetto en un ámbito íntimo. Esta habría sido la causa del silencio que se expandió en la sala al caer el telón tras la primera parte, reacción quizás peor que si se hubiese desatado un abucheo. Sigamos con los testimonios.

Escribió un cronista de la Gazetta Privilegiata: “[…] No diremos que la nueva ópera no pueda gustar con el tiempo, pero por ahora, exceptuando un crescendo que precede al final, la música de nuestro maestro fue juzgada un poco floja y desganada, antes que otra cosa. Afortunadamente para él, había cantantes de renombre porque, si hubiera sido de otro modo, ¿quién sabe qué suerte habría corrido su Norma? Quizás aquella que las leyes druidas reservaban a una perjura”. Lejos de verdades absolutas e imposibles y aún con datos que pueden tener objetividad, estamos ante puntos de vista personales, a veces contradictorios, que nos encaminarán a una conclusión. El cronista prosigue con la mención de los aplausos que recibió Donzelli después de su aria, y dice muy convencido que la Pasta “cantó perfectamente” (es evidente que no todos escucharon lo mismo) y que (dato importante que respalda las palabras de Scherillo), fue muy aplaudida en el segundo acto (nada dice sobre el primero). También elogia a la Grisi y concluye: “[…] quizás será apropiado examinar más detenidamente esta partitura; dígase, en tanto, que al bajar el telón luego del final, tomó parte de los aplausos inclusive el maestro”. Hay elogios al elenco, al cual atribuye que la función se haya salvado de la peor de las suertes. Aporta el dato de los aplausos finales, pero a pesar de las reservas de ninguna manera habla de fracaso, ni ataca al autor.

El semanario L’Eco publicó dos días después que se aplaudió tanto la obertura como el comienzo de la ópera, y que también recibieron aplausos Madama Pasta y el Signor Donzelli en sus primeras intervenciones. También comentó el silencio sepulcral con el que finalizó el primer acto y acerca de la reacción final dijo: “Madama Pasta, el Signor Donzelli y Madamigella Grisi, al igual que el maestro, recibieron durante el segundo acto las más inequívocas pruebas de satisfacción por parte del público y, al final del espectáculo, fueron llamados repetidamente a escena. Estamos persuadidos de que la ópera toda, una vez escuchada varias veces, terminará por gustar.”

Ferviente admirador de Bellini, Gaetano Donizetti se expresó así sobre el estreno de Norma: “Usted me pregunta qué acontecimientos artísticos han tenido lugar en Milán últimamente. El único evento musical de extraordinaria importancia ha sido la producción de Norma por el joven compositor Vincenzo Bellini. Estoy feliz sin límites ante la espléndida recepción que fue acordada a la ópera en la Scala después de su premiére el 26 de este mes. Una recepción alegre y festiva que fue repetida en representaciones sucesivas. Un resultado con suerte, tanto más significativo si consideramos que Norma tuvo una recepción más bien fría, es más, si hemos de decir la verdad, una recepción hostil del numeroso público del estreno. Después de cuatro noches, sin embargo, una inmensa multitud buscó con desesperación palcos, galerías, balcones, plateas y llenó la inmensa sala, aplaudiendo cada número con tremendo entusiasmo. Todos alaban la música de mi amigo o, más bien, de mi hermano Bellini. Todo el mundo está desbordado por su genio soberano y está descubriendo en su obra bellezas jamás soñadas y tesoros de sublime armonía” (en una carta a Rubetti, fechada en Milán el 31 de diciembre de 1831).

Los testimonios nos permiten sacar algunas conclusiones. Si Giuditta Pasta cantó cansada y con notables dificultades en el primer acto, el público se lo perdonó y la aplaudió con ganas, lo mismo que a sus compañeros de elenco; resulta evidente que para el segundo acto, la diva tuvo un repunte. Los milaneses amaban a Bellini, razón por la cual lo ovacionaron durante la segunda parte y al terminar la representación. Pero un finale primo carente del acostumbrado efectismo y cantado nada más que por tres personajes, fue tan desconcertante que nadie reaccionó a aplaudir y muchos habrán opinado, como refiere la Gazzetta, que la música era floja y desganada. Pero la ovación final hizo pensar al cronista de L’Eco que Norma no tardaría en ser completamente aceptada. Tuvo razón y así lo vivió Donizetti en calidad de testigo, durante las representaciones que siguieron al estreno. Pero la desagradable frialdad al caer el telón y los comentarios que le habrán llegado luego del primer acto, abatieron el ánimo de Bellini y le hicieron sentir un fracaso que en definitiva no pasó más que por su mente; Donizetti, al hablar de “una recepción hostil del numeroso público del estreno”, es probable que se haya identificado con los sentimientos de su colega. Los testimonios nos autorizan a concluir que el estreno de Norma fue un éxito, sólo que arrancó con algunos tropiezos y desconcierto.

*Las citas entre comillas fueron extraídas de la Revista del Teatro Colón, n°66 mayo-junio de 2001.
 

Producciones Buenos Aires Lirica

Logros

"La coronación de Popea": Una interpretación fiel y audaz al mismo tiempo
Por Federico Monjeau
CLARIN
Leer más


La scala di seta
Por Fernando Johann
GEATEATRAL
Leer más


Fausto de Gounod: un lujo en el Avenida

Por Rolando Daniel Castillo
EL APASIONADO
Leer más

"Don Pasquale" en el Teatro Avenida: contagiosa comicidad

Por Ernesto Castagnino
TIEMPO DE MÚSICA
Leer más



Conocer más