BUENOS AIRES LÍRICA - La experiencia de la opera
 
Síganos Facebook You Tube
 
 







 

Prensa
> Fidelio > Madama Butterfly > Belisario > Serse > Falstaff

Noviembre 2017
Ver actividades del año

SOBRANTES DE ABONO
En venta en el teatro


Teatro Picadero
Pasaje Santos Discépolo 1857,
todos los días de 12 a 20


Disposiciones generales
Ver precios y ubicaciones
 
Prensa
La fidelidad en una versión convincente
Por Héctor Coda
LA NACIÓN, Domingo 11 de abril 2010

Buenos Aires Lírica comenzó anteanoche su temporada 2010 con una elogiable Fidelio, la primera y única ópera de Ludwig van Beethoven.

Fidelio. Opera en dos actos con música de Ludwig van Beethoven y libreto de Joseph Sonnleithner y Friedrich Treitschke, interpretada por la orquesta y el coro de Buenos Aires Lírica (dirigido por Juan Casasbellas). Dirección general: Guillermo Brizzio. Puesta en escena: Rita de Letteris. Escenografía y vestuario: Daniela Taiana. Iluminación: Alejandro Le Roux. Intérpretes: Leonardo Estévez, Homero Pérez-Miranda, Peter Svensson, Carla Filipcic-Holm, Hernán Iturralde, Ana Laura Menéndez, Gustavo de Gennaro junto con los actores Alejandro Ares, Julián Mardirosiann, Martín Palladino y Rubén Santti. En el Teatro Avenida.
Nuestra opinión: muy buena.

La esencia del drama musical estaba inscrita en el alma de Beethoven aun antes de componer ésta, su primera y única ópera, género que abordó ? no obstante? con estremecedora grandeza. Por ello la posteridad lo juzgó, no sin acierto, como el más grande dramaturgo entre los sinfonistas. La partitura de Fidelio asume así un perfil protagónico que está más allá de los personajes que la animan, y muy por encima del singspiel con cuadros de letra y recitativos que reinaban en los escenarios líricos de su época. Así, esta pieza única se halla a años luz de la ópera convencional de todos los tiempos. La gran aria de Leonora/Fidelio, o la lamentación de Florestán en lo más hondo de su desventura y la lobreguez de la prisión al comienzo del segundo acto, deben ?antes que nada y por encima de sus arduos requerimientos, o el virtuosismo vocal? conmover. La partitura no es fácil asidero para el lucimiento; antes bien, encierra grandes dificultades expresivas por superar. Así lo entendieron con logrado acierto los protagonistas y la dirección escénica, que llevaron los contrastes del drama desde las zonas sombrías de la opresión hacia la luminosa liberación final de los prisioneros, con una participación de la masa coral digna de encomio. En esta comprensión esencial de Fidelio radica el mérito de esta digna versión, que, desde otra óptica, y en el plano general de las voces, registró llamativos contrastes.

El marco escenográfico brindado por Daniela Taiana reflejó acertadamente ese clima siniestro que invade hasta el alma de cada uno de los personajes. La estructura del drama se refleja en los bloques fijos de pétrea frialdad carcelaria que delimitan un espacio escénico de líneas geométricas, acentuadas por la iluminación.

No es menor la responsabilidad para la dirección musical, por lo antedicho, objetivo que la batuta de Brizzio acometió con mejor logro en el segundo acto que en el primero, en el que hubo un desfavorable balance sonoro para la escena, amenazada en todo momento por una orquesta demasiado sonora y, a veces, detonante, confundiendo desde la misma Obertura volumen sonoro con intensidad expresiva.

Imbuida tanto del idealismo de la libertad cuanto del amor humano fiel, y su imperativo ético, la inspiración beethoveniana, impregna el recitativo y el aria de la esperanza de Leonora /Fidelio que constituye el nervio motor de todo el drama musical, y que fue magníficamente recreada por Carla Filipcic-Holm con notoria calidad de su línea vocal que no tiene fisuras en toda la extensión del registro.

Aunque más apoyado en la expresión dramática de su voz que en sus requerimientos vocales, el tenor Peter Svensson cumplió una encomiable actuación, constituyéndose ambos, junto con el excelente desempeño del coro, en los principales puntales de la versión. Hernán Iturralde (Rocco) cumplió su papel con buena voz y particular acierto actoral; Homero Pérez-Miranda (Pizarro) fue eficaz en la acción con un firme dominio de su registro. El desempeño individual de Ana Laura Menéndez no fue afortunado en razón de su timbre monocorde, pero resultó eficaz en los dúos con Gustavo de Gennaro (Jaquino). La serena presencia Leonardo Estévez (Don Fernando) en la escena final, su emisión segura con persuasiva expresividad y aplomo escénico brindaron la necesaria conciliación final entre la libertad y el amor.



PUESTA EN ESCENA
Con una escenografía atractiva en la elaboración arquitectónica y en el diseño lumínico, la puesta de Rita De Letteris optó por una marcación actoral estática y frontal desechando el aporte dramático que ofrecen las situaciones y la expresividad corporal, lo que afectó la dinámica de las acciones tanto de los protagonistas como del coro.

 
Canal You Tube Buenos Aires Lirica
BAL-Logros
Canal You Tube Buenos Aires Lirica